sábado, 21 de julio de 2007

Ambientación en los jardines



Si entramos a una sala de jardín de infantes antes del inicio de la jornada y miramos con atención alrededor, nos encontraremos con un escenario diferente a cualquier otro. Sillas bajitas, muebles pequeños, juguetes, dibujos, pizarrones... Seguramente, esta escena silenciosa nos generará múltiples ideas acerca de los niños que cotidianamente llenan de ruidos y actividades dicha sala.
EL AMBIENTE FÍSICO
Autor: Inés Rodriguez Saénz

El ambiente Físico El ambiente Físico como categoría didáctica Espacio y Ambiente Ambiente físico y calidad en Educación Infantil Para seguir pensando sobre el tema
El ambiente Físico
Si entramos a una sala de jardín de infantes antes del inicio de la jornada y miramos con atención alrededor, nos encontraremos con un escenario diferente a cualquier otro. Sillas bajitas, muebles pequeños, juguetes, dibujos, pizarrones... Seguramente, esta escena silenciosa nos generará múltiples ideas acerca de los niños que cotidianamente llenan de ruidos y actividades dicha sala.
...los espacios nos hablan de quiénes los habitan. Los “lugares” nos dejan imaginar las cosas que suceden en ellos, nos permiten pensar acerca de lo permitido y lo prohibido..., de aquello que es posible y aquello que no... dentro de los límites físicos que lo enmarcan.
Así es como una sala de jardín de infantes de cualquier ciudad, nos dicen cosas acerca de:
el tipo de interrelación que se propicia entre los niños: ¿las mesas de trabajo ¿son fijas o móviles? ¿Cuántos niños pueden sentarse en cada mesa? ¿Hay algún sector en el que nos podamos imaginar cierto nivel de “intimidad” para el juego, la lectura, la conversación?
nos habla sobre el juego que en ella se realiza: ¿Hay sectores diferenciados?, ¿hay espacios para grandes movimientos?, los materiales presentes nos permiten imaginar niños jugando a la mamá, al médico, al viaje en tren?; ¿hay materiales para el juego de construcción?, ¿hay espacio para las construcciones...?
nos habla acerca de la posibilidad de movimiento: ¿el espacio es suficiente en relación con el número de niños que concurren? ¿posibilita desplazamientos? ¿Permite la expansión del juego?
nos habla acerca de la perspectiva estética desde la cual se organiza el entorno: ¿la decoración guarda relación con la cultura local? ¿se percibe un intento por ampliar la perspectiva estética de los niños?... o por el contrario se ciñe a una estética estereotipada? ¿Se exponen las obras de los niños? ¿se adivina una intencionalidad de jerarquizar y valorar sus producciones?... ¿Se refleja en el ambiente en general aquello acerca de lo que se está trabajando?
Sin duda los espacios nos hablan, y nos dicen más cosas que aquello que resulta inmediatamente observable. Lo que la mirada atenta recoge nos da pistas para la construcción de imágenes más o menos acertada acerca del tipo de actividad que en ellos se desarrolla. Tal como sucede al ingresar a un teatro antes de la función, la escenografía, los objetos, la iluminación nos invita a imaginar situaciones, personajes, sucesos de los que, suponemos, luego seremos espectadores. Lo que sucederá posteriormente en la obra podrá ajustarse en mayor o menor medida a aquello que nos imaginamos.Del mismo modo, el escenario de una sala, nos permite construir una imagen acerca de lo que allí sucede a diario. Sin embargo, esta imagen que el entorno sugiere al observador es lábil y de carácter provisorio, en tanto no nos permite pensar en términos de certezas... Así, que el ambiente sugiera que allí se juega, no significa que efectivamente allí se juegue-. La categoría de “atmósfera lúdica” (Sarlé, 2006. Jugar a Enseñanza Y Enseñar el Juego. Buenos Aires, Paidos) resulta interesante para pensar en esas imágenes que se construyen a partir de indicadores y que en algunos casos se desvanecen al profundizar en el análisis de lo que en realidad sucede.

No hay comentarios: